ECOSISTEMAS

Relaciones interespecíficas

Se denomina relaciones intraespecíficas los distintos tipos de interacción que tienen lugar usualmente entre dos o más individuos pertenecientes a especies diferentes. Este tipo de relaciones se dan en el marco de un ecosistema determinado y generalmente tienen que ver con la satisfacción de las necesidades alimenticias o de otra naturaleza de al menos uno de los individuos involucrados.

Las relaciones interespecíficas pueden darse entre individuos de muy distinta naturaleza, incluso pertenecientes a reinos distintos de la vida, como pueden ser plantas y animales, por ejemplo. Y su clasificación dependerá de la naturaleza del vínculo establecido entre las dos especies: si es beneficioso para ambas, para una sola o si causa daño a alguna de ellas.

Comensalismo

Este tipo de relaciones resultan benéficas para uno de los dos individuos involucrados (llamado comensal), sin que dicho beneficio ocasione ningún tipo de daño o malestar al otro organismo. Esto está bien explicitado en el nombre del término, que proviene del latín cum mensa, o sea, "compartir la mesa".

Un ejemplo de comensalismo es apreciable entre los leones y las hienas u otras especies carroñeras del África: las últimas esperan a que los primeros terminen de alimentarse de la cacería, para después aprovechar los restos abandonados de la presa. Otro ejemplo es el del pez payaso que habita entre las anémonas marinas, manteniéndose a salvo de depredadores gracias al efecto tóxico de los tentáculos de aquellas, y sin causar ningún daño a la anémona.

Amensalismo

Es la relación que se establece entre dos organismos, en el cual uno de ellos resulta perjudicado y el otro no resulta ni beneficiado ni perjudicado. El organismo que se ve perjudicado recibe el nombre de amensal.

Un ejemplo de este tipo de relación ocurre en la selva del amazonas, pues los árboles de gran tamaño y de abundante follaje impiden como consecuencia, el paso de la luz a las zonas bajas del bosque, inhiben el crecimiento de las plantas más pequeñas. En este caso las plantas de menor tamaño se ven perjudicadas, mientras que los árboles no se afectan ni se benefician.

Mutualismo

A diferencia del comensalismo, en el caso del mutualismo la asociación entre las dos especies es mutuamente beneficiosa, siéndole útil a los dos comensales. A menudo esto implica algún grado de tolerancia o cooperación explícita entre ellas.

Buenos ejemplos de mutualismo son: la alimentación a base de pulgas y garrapatas de las aves que se suben al lomo de animales peludos como vacas, caballos o bueyes, aliviándolos de esta peste a cambio de una fuente constante de comida. Otro buen ejemplo es la relación respetuosa que se da entre cierto tipo de peces voluminosos y una especie de crustáceos de pequeño tamaño, los cuales ingresan a su boca abierta para alimentarse de los restos de comida entre sus dientes, limpiándolos y recibiendo comida gratis a cambio.

Simbiosis

Se trata de un grado muy estrecho de cooperación entre especies, tanto así que ambas llevan una vida conjunta en íntima asociación, a punto tal de resultar a menudo indiscernibles la una de la otra. Esta cooperación presenta generalmente beneficios para ambas (o al menos una) de las especies.

Un ejemplo de una relación simbiótica es la que se da entre un hongo y un alga para constituir lo que comúnmente llamamos líquenes: el hongo brinda estructura y mantiene húmeda y nutrida al alga, quien a cambio sintetiza hidratos de carbono que lo alimentan.

Depredación

La depredación es un tipo de relación interespecífica que causa daño (la muerte) a una de las dos especies involucradas, ya que la otra se alimenta de ella, destruyendo y consumiendo sus tejidos. A la especie consumidora se la llama depredador o depredadora, y a la consumida se la conoce como presa.

Existen en la naturaleza grandes y feroces depredadores, como los leones, las serpientes o las mantis religiosas, cada una en su respectivo ecosistema. Ellas se alimentan de gacelas, ratones o insectos, respectivamente, dándoles cacería y consumiendo su carne.

Parasitismo

Esta relación interespecífica también causa daño a uno de los dos miembros involucrados, mientras que beneficia al otro. Es semejante en ese sentido a la depredación, sólo que el daño no es masivo e inmediato, sino más lento y prolongado en el tiempo, en la medida en que la especie parásita consume fluidos o tejidos de la parasitada, la cual sufre las consecuencias.

Así, podemos citar como ejemplos de ello a todas las especies de protozoarios, nematodos y bacterias que pueden infectar los intestinos del ser humano y otros animales semejantes (endoparásitos, dentro del cuerpo), causándoles diarreas, imposibilidad para asimilar nutrientes y otros síntomas de enfermedad, mientras se reproducen y alimentan dentro de su cuerpo. Ojo ejemplo lo constituyen los ectoparásitos (fuera del cuerpo) como pulgas, piojos o garrapatas, que se adhieren a la piel y succionan la sangre de los seres parasitados.

Competencia

La competencia tiene lugar cuando dos especies se benefician de un mismo nicho, alimentándose de sus recursos o bien obteniendo algún tipo de bienestar, pero no pueden hacerlo al mismo tiempo ni de manera pacífica, así que deben luchar por el acceso al recurso y disuadir de alguna manera a la otra especie para que busque alguna otra fuente de alimento.

Es lo que ocurre, por ejemplo, cuando los animales compiten por territorio, tratando de controlar los recursos disponibles del suyo y de monopolizar el espacio, las presas disponibles, la luz solar, etc. Es el caso de dos plantas frente a una cantidad de luz solar limitada, o de dos especies de felinos selváticos luchando por establecer un coto de cacería en el que los demás no ingresen.

©Lemmy Arenales Palomino 2020.
Creado con Webnode
¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar